A bordo de un vehículo todo terreno, cual perfecto equivalente de la fe en tiempos de muerte y dificultad, los sacerdotes Javier González y Saúl Ahumada, párroco y vicario de la parroquia Nuestra Señora de la Merced en Calama, respectivamente, salieron a las calles del sector a animar a los calameños a fortalecer el mejor antivirus: nuestra relación con Dios y el amor al prójimo.
Los enviados OMD a esta parroquia, asumida formalmente el pasado 7 de marzo, llevaron consigo al Santísimo Sacramento, pidiendo su bendición a propósito de la pandemia que ha generado el coronavirus humano.
Algunos de los habitantes atendieron la procesión desde las puertas de sus casas con gestos de receptividad y devoción, durante este domingo, 29 de marzo, cuando la jornada litúrgica volvió a desarrollarse atípicamente en Chile y otros países, con misas online y otras iniciativas orientadas a evitar focos de contagio en aglomeraciones.